domingo, 18 de noviembre de 2012

DIÁLOGO Y PINTURA en Olula del Río




día 1
óleo sobre tabla
20 x 30 cms.
2012


día 2
óleo sobre tela
30 x 35 cms.
2012


día 4
óleo sobre tela
35 x 30
2012






DIÁLOGO Y PINTURA

Observar parece sencillo pero no es tan fácil como se cree. Sentarse durante algún tiempo para mirar detenidamente un objeto y tratar de plasmarlo sobre una superficie es una de las cosas más placenteras que pueda haber. Tratar de traducir lo que se ve, ya sea en un dibujo o una pintura, proyectar su forma y color, siempre tendrá vigencia.

Hablo de esto debido al haber participado en el “I curso de figuraciòn y realismo” que se desarrolló en Olula del Río, España, dirigido por Antonio López García y Andrés García Ibáñez. Este evento tuvo lugar en el mes de mayo de 2012 en la sede del Museo Casa Ibáñez.

Sí, al inicio pensé que trataba de un curso de pintura pero me sorprendió el hecho de que no solo se trataba de pintar sino que el diálogo era parte fundamental de dicho taller. Todo partía del observar los elementos dispuestos sobre la mesa y tratar de plasmarlos en el lienzo. La primera cosa en cuestión era decidir la composición de los elementos en el espacio, decidir qué parte del todo escoger, cómo encajarlo en la superficie a pintar; luego venía el problema de la forma y seguidamente buscar los planos de los objetos para así poder interpretar la luz relacionando las partes entre sí para captar con precisión los tonos a usar. Pero no todo estaba allí. Cuando se pinta un pimentón o un limón no solo se pinta el fruto sino que se busca decir algo más a través de esas formas y plasmar por medio de la composición lo que uno siente. Se plasma una forma pero se desarrolla una idea tratando de dejar allí una sensación buscando el alma de los objetos, pero esa alma es el reflejo de uno mismo. Podemos decir sencillamente que se trata de darle un sentido a la forma a través del color, ir explicando todo eso en el límite de lo posible.

Mientras sucedía todo esto el diálogo comenzaba a ser parte fundamental del acto de pintar, el hablar de esa capacidad de transformar las cosas llevando las formas a un territorio personal, de la mirada que uno posee y dejarla plasmada de una forma natural pero consciente; la necesidad de generar un mundo más interior.





Yezid Vergara





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